Xavier MASCARÓ

personal effects II

  • AÑO: 2006
    DIMENSIONES: 113 x 87 x 86 cm
    TÉCNICA: cerámica, hierro, cristal, estaño, resina
  • Esta obra habla de ‘efectos personales’; de esos objetos que se conservan de una persona que ya ha desaparecido. En este caso la persona desaparecida es el niño que yo fui hace muchos años. Y los efectos personales son mis recuerdos, o más bien lo que ahora creo recordar de entonces. En verano, cuando era pequeño, mis padres, mi hermano José y yo, íbamos desde Barcelona a una gran casa que mi abuelo materno tenía en Rodez, en el Aveyron (Francia). Y allí nos encontrábamos con los primos y los tíos, que vivían en París y Montpellier. Era un ritual. Cada año. Una especie de fiesta, un reencuentro. No sé por qué, el recuerdo de esa casa ha adquirido una dimensión épica en mi memoria… Y es seguramente uno de los lugares de los que mi olfato ha conservado más registro. Recuerdo la cocina de la casa, con sus paredes gruesas, y el olor a humedad, que por las mañanas se combinaba con la leche hervida, el pan y el café. Recuerdo los cuartos de baño, que diría que olían a madera húmeda o algo así, y a jabón, y a papel… Y los pasillos, como a cera para muebles. Y el olor de las paredes enteladas, algo rancias, y la presencia de la hierba húmeda que se sentía al atardecer desde la biblioteca, con las ventanas abiertas… La casa fue vendida hace mucho, y luego transformada en hotel. Seguramente arrancaron las chimeneas, los lavabos y los azulejos de las paredes. Pero yo atesoro, en pequeños frascos, en algún recoveco de mis neuronas, las huellas de todo aquello, y creo que es lo único que permanece de aquel entonces.

    Xavier Mascaró

  • Exposiciones

    Mayo - Septiembre 2011
    - olor. color